Tras una descripción de las características de nuestra actual cultura tecnocientífica y con ejemplos de su influencia en nuestra sociedad, se pone de manifiesto una tendencia en la educación superior que consiste en eliminar la reflexión acerca de quiénes somos y cómo vivimos en la sociedad.
El futuro del conocimiento se orienta hacia una “hipertrofia” tecnológica produciendo una “atrofia” antropológica por dejar de lado “el saber sapiencial” de las Humanidades, sobre todo de la Filosofía, que ayuda a comprender mejor el “todo” y no quedar anclados en “partes” desencajadas.
Esto aumentaría las posibilidades de descubrir estrategias adecuadas para corregir muchos de los problemas que estamos viviendo en nuestra era tecnocientífica.
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«La realidad virtual en sí no es algo “bueno o malo”, como producto de la tecnociencia puede utilizarse de manera correcta o no, aquí estamos analizando sus alcances gnoseológicos, que como la Ética, también interesa a la Antropología Filosófica (Cfr. Díaz-Orueta et al., 2016: 7584)29 La transformación que produce la realidad virtual no es meramente material o física, que ciertamente lo es, sino que afecta nuestra forma de mirar el mundo y el modo de vivir en él a partir de lo que conocemos. El futuro del conocimiento está marcado por la cultura actual, y ahora vivimos de un modo altamente tecnológico, al menos, una buena parte de la humanidad. .» (Acosta, 2016, p. 35)
Tipo | Artículo de revista académica: «Naturaleza y Libertad» |
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Autor | Miguel Acosta |
Este proyecto ha recibido financiación de la Unión Europea del programa de investigación e innovación
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