19/02/2025

Atención selectiva: ejemplos, características y evaluación

La atención selectiva es la capacidad cognitiva que nos permite atender estímulos relevantes a ignorar los irrelevantes. En el ámbito clínico, evaluar esta capacidad es esencial para comprender cómo impactan ciertas alteraciones cognitivas en las personas evaluadas. En este artículo, exploramos la atención selectiva con ejemplos, cómo incide en nuestro día a día y cómo podemos evaluarla.

¿Qué es la atención selectiva?

A la pregunta de qué es la atención selectiva, la respuesta es la capacidad del cerebro para filtrar estímulos, centrarse en información relevante e impedir distracciones. Es un proceso complejo que depende de redes cerebrales que involucran la corteza prefrontal, responsable del control ejecutivo, y la corteza parietal, encargada de la orientación de la atención. En el ámbito clínico, esta función es esencial para diagnosticar y comprender condiciones como el TDAH o secuelas de daño cerebral. Las dificultades en la atención selectiva afectan profundamente el desempeño diario, desde mantener una conversación hasta tareas más complejas como resolver problemas en un entorno profesional.

Características de la atención selectiva

La atención selectiva tiene varios rasgos que la hacen fundamental en la vida cotidiana y en la práctica neuropsicológica:
  1. Filtrado activo: nos ayuda a eliminar distracciones y a centrarnos en lo que realmente importa.
  2. Adaptabilidad: la atención puede redirigirse rápidamente según lo requiera el entorno.
  3. Capacidad limitada: solo procesamos una cantidad reducida de información a la vez.
  4. Conexión con funciones ejecutivas: como el control inhibitorio y la memoria de trabajo, que permiten priorizar las tareas importantes.
Estas características de la atención selectiva hacen que su evaluación sea esencial para comprender los problemas atencionales y diseñar estrategias personalizadas de intervención.

Ejemplos de atención selectiva

Esta habilidad se pone a prueba constantemente en nuestra vida diaria. Estos son algunos ejemplos habituales:
  • Leer en un entorno ruidoso: mientras alguien habla cerca, tu atención se mantiene fija en las palabras del libro.
  • Conducir un coche: ignoras estímulos secundarios como el paisaje para centrarte en el tráfico y las señales viales.
  • Escuchar en una reunión: seleccionas la voz del ponente por encima de los murmullos del público.
En un contexto clínico, observar cómo una persona gestiona estas situaciones ofrece claves valiosas sobre su funcionamiento cognitivo.

¿Cómo se evalúa la atención selectiva?

La evaluación de la atención selectiva ayuda a detectar dificultades, además de orientar los planes de intervención:
  • Pruebas informatizadas de realidad virtual: nuestros test Nesplora Attention Kids Aula y Nesplora Attention Adults Aquarium, recrean entornos cotidianos de manera inmersiva. Esto permite analizar la atención selectiva y detectar cuándo sucede la afección de atención selectiva, asegurando una alta validez ecológica.
  • Test clásicos como el Stroop y las pruebas de cancelación permiten analizar distintos aspectos de la atención, incluyendo el control inhibitorio, la velocidad de procesamiento y la detección de estímulos relevantes.
En la evaluación de la atención selectiva se detectan variables como tiempo de reacción, errores de omisión y actividad motora, lo que nos permite obtener un perfil cognitivo detallado y adaptado a las necesidades de cada persona evaluada.

Ejercicios y actividades para evaluar la atención selectiva

Existen para evaluar la atención selectiva pruebas científicamente validadas
  1. Tareas de búsqueda visual: por ejemplo, identificar una letra o un símbolo dentro de una matriz de estímulos distractores.
  2. Pruebas de cancelación: señalar estímulos objetivo en una hoja con distractores visuales.
  3. Entornos virtuales interactivos: en Nesplora recreamos escenarios inmersivos de realidad virtual, midiendo la atención selectiva de manera precisa y adaptada al contexto real.
En la evaluación clínica de la atención selectiva las actividades anteriores son esenciales, ya que permiten identificar déficits atencionales y analizar su relación con otros procesos cognitivos, como el control inhibitorio y la memoria de trabajo. Su medición debe considerar la interacción entre estas funciones y las redes cerebrales implicadas, para una evaluación rigurosa y una interpretación precisa de los resultados.

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